miércoles, 19 de mayo de 2010

La educación inicial cumple añitos























Sello postal de 1931. Fotografía © Karen Horton/www.flickr.com

Un 25 de mayo de 1931, año en el que César Vallejo publica su novela El Tungsteno y Charles Chaplin estrena Luces de la Ciudad, las hermanas Victoria y Emilia Barcia Boniffati, crearon en el Perú el Primer Jardín de la Infancia, contando con el apoyo entusiasta del entonces Presidente Augusto B. Leguía. Por esto es que en esa fecha se celebra cada año el día de la educación inicial. Es verdad que, desde entonces, esta educación se ha expandido en el país, pero en las últimas dos décadas, justamente el periodo de vigencia de la Convención Internacional de los Derechos del Niño que consagró la educación como un derecho desde el nacimiento, la inversión pública en su ampliación ha sido virtualmente nula. Pareciera que en 80 años, don Augusto B. Leguía no ha logrado reencarnarse con demasiado éxito.

En efecto, en los últimos 20 años, el exiguo movimiento que registran las cifras de cobertura de la educación inicial en el Perú (0.6% anual) refleja principalmente el crecimiento de la oferta en las ciudades (15% en zona urbana vs. 0.5% en las áreas rurales), algo que podría explicarse por la iniciativa privada; y, más tímidamente, el de una precaria oferta comunitaria, subvencionada casi íntegramente por las familias más pobres del país, llamada PRONOEI. Una oferta en la que el Estado prácticamente no invierte pero que, muy suelto de huesos, registra como pública.

En paralelo, han florecido por todo el país, bajo iniciativa no estatal, proyectos dirigidos a identificar factores favorables al aprendizaje y el desarrollo de niños pequeños en comunidades nativas de la selva, para darle pertinencia cultural a los programas públicos de atención infantil que allí se ofrecen. Proyectos que buscan mejorar la calidad de las relaciones entre adultos y niños y entre los propios niños menores de 6 años de áreas andinas, promoviendo un rol más protagónico del padre en la crianza. Proyectos que ensayan modelos de educación inicial intercultural, reconociendo buenas prácticas de crianza en familias y comunidades rurales o urbano-marginales y promoviendo un tránsito exitoso de sus hijos a la primaria. Proyectos que posibilitan a los niños pequeños ejercitarse en su derecho de opinión, participación y organización en base al arte y el juego. La lista es larga.

Iniciativas como éstas han sido siempre muy prometedoras. Varias de ellas podrían ser incluso el germen de una genuina revolución conceptual en el establishment pedagógico de nuestra educación inicial y aportar nuevas razones para su expansión y universalización. Infelizmente, casi todas se han habituado a convivir con el sistema y se conforman con el pequeño espacio local en el que nacen, maduran y envejecen. Si sumamos a esta inexplicable humildad, la incapacidad estructural del Estado para aprender de la experiencia ajena, podríamos entender en parte por qué las políticas de educación inicial siguen sin entrar en la agenda de prioridades de los gobiernos y no consiguen mayor tajada en el presupuesto público.

James Heckman, premio Nobel de Economía y asesor del presidente Barack Obama en políticas de infancia, dice que en general los programas dirigidos a la primera infancia se evalúan y documentan muy poco, y que sus promotores están tan convencidos de la importancia de los primeros años que ya no investigan y, por lo tanto, no acumulan nuevas evidencias a favor de los impactos específicos de sus intervenciones. Es por eso, señala, que el discurso a favor de la educación de los niños pequeños no se renueva y sigue repitiéndose a sí mismo desde hace 50 años. Que el día de la educación inicial nos sea propicio para reflexionar críticamente sobre el modo en que estamos haciendo las cosas. 
 
Luis Guerrero Ortiz
Publicado en el Blog El río de Parménides
Difundido por la Coordinadora Nacional de Radio (CNR)
Lima, viernes 21 de Mayo de 2010

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente, florecen y se marchitan proyectos. Y que se necesita para comprometer voluntad politica, entuciasmar hacedores y hacer que los que se manchan los zapatos no pierdan la ilusion de seguir trabajando por los mas vulnerables y pobres.

Anónimo dijo...

Hola profesor Guerrero. Interesante su artículo, conocer el origen de la educación inicial en el Perú. En realidad a la educación inicial, o como lo llamamos aquí educación preescolar, es la menos atendida y reconocida, aún falta mucho terreno por abonar. Profe, me gustaría que conversáramos, quisiera enviarle el trabajo de investigación que terminamos. Con sentido de admiración, Marcia

Eliana Mazuelos dijo...

En el año 2010 la educación Inicial será muy diferente, me decían mis maestras en la Universidad, los niños serán más creativos, mucho más inteligentes y solucionadores de problemas, entonces solo era un sueño pensar en el 2010, soy maestra de Educación Inicial hace 12 años y no veo cambios en algunas colegas,efectivamente los niños cada día son más activos, mucho más inteligentes y requieren de información que los lleve a construir conocimientos más complejos, tengo una hija de 10 años y un hijo de tres meses, ahora me aterra la idea de pensar en la educación para el.
Es necesario para nosotras las maestras tomar conciencia que el niño peruano piensa de acuerdo a sus patrones culturales de solución de problemas, sus modos de sentir y actuar, nuestra realidad heterogénea y diferenciada hace que la educación deba tomar en cuenta problemas pedagógicos extraídos de la realidad y que estén relacionados con las experiencias concretas que tiene el niño en la misma, educar en y por los caminos de libertad de pensamiento es nuestra responsabilidad desde la Educación Inicial siempre sobre la base del conocimiento de la realidad socio cultural en donde vive el niño, potenciando sus capacidades y habilidades sobre todo dialógicas. Un saludo a usted querido maestro y a todas las maestras y maestros del nivel Inicial escolarizado y no escolarizado ya que buscamos los mismos objetivos

Luis Guerrero Ortiz dijo...

Hay excelentes proyectos que nacen y maduran, pero no crecen y se marchitan sin haber alcanzado la talla que merecen. El Estado es sordo y ciego a estas experiencias, siempre fue así, por eso es que quienes sí se ensucian los zapatos deben aprender a pensar en grande e imaginar como trasladar lo bueno que siembran en una comunidad puede reproducirse también en una provincia y toda una región. Si seguimos esperando que la autoridad pública lo haga, es mejor sentarse porque nos vamos a cansar.

En cuanto a tu trabajo de investigación Marcia, por favor envíamelo, será un honor revisarlo. Que gusto saber de ti nuevamente.

Respecto a tu comentario Eli, pues creo que de tantos (merecidos) elogios, la educación inicial terminó dormida en sus laureles; no sólo hay poca inversión pública sino también poca renovación y, por si fuera poco, una gran distorsión producto de la presión que ejerce la primaria sobre el nivel para poder recibir niños ya alfabetizados. Hay problemas también a nivel de los enfoques nada interculturales que se manejan a nivel pedagógico, pero ese es un defecto que exhiben todos los niveles educativos.

Creo que debemos celebrar el día de la educación inicial de una manera no sólo festiva sino también reflexiva y crítica, hay mucha entrega y compromiso, es verdad, pero hay desafíos también que deben reconocerse y hay errores que corregir. Abrazos.

Tania Anaya dijo...

Hola Lucho: Es verdad esta fecha no solo es para celebrar sino para reflexionar sobre nuestro quehacer pedagogico.
Me preocupa como celebraran en las Instituciones Educativas, seguramente algunas con un show infantil con los personajes de la televisión y al final muchos dulces. Creo que las maestras estan perdiendo el sentido del nivel y se dejan llevar por la corriente.
Desde mi experiencia necesitamos un nuevo paradigma para el nivel en el que se retome las ideas de los pedagogos que aportaron al nivel y también las experiencias exitosas del Perú y el Mundo. En nuestro país estos van luchando contra la corriente.