Fotografía (c) javi.acebal/ www.flickr.com
¿Qué se necesita hacer para atravesar una habitación llena de gente sin que nadie se de cuenta? El sentido común nos aconsejaría caminar sin hacer ruido, casi en puntas de pie. Pero si apelamos a la experiencia, podríamos decir: depende. Si las personas que allí se encuentran están en actitud de alerta, cruzar sin ser notado sería en verdad difícil y, en todo caso, habría que moverse muy despacio en el más perfecto silencio. En cambio, si la gente se halla tan concentrada en lo que hace que ni levanta la vista, quizás nos baste caminar con naturalidad y sin apremio en medio ellos. Ahora imaginemos que esa habitación es una escuela poblada de maestros y quienes cruzan por ella sin ser vistos son niños y adolescentes.
Pienso en esta situación a propósito de los cuatro muchachos que apedrearon el muro de un viejo templo precolombino del complejo arqueológico de Chan Chan, en la ciudad de Trujillo, un acontecimiento insólito que sigue siendo motivo de controversias. Esta noticia, revelada a comienzos de enero, ha puesto en evidencia, entre otras cosas, la profunda y grave distancia que separa a un sector de nuestra juventud de eso que llamamos «identidad nacional». Algo que, por cierto, para mucha gente que no quiere o no puede mirar más allá de los hechos, es de exclusiva responsabilidad de los implicados o de sus padres.
No obstante, ¿Qué hubiera pasado si estos muchachos no hacían público el video que registra el suceso? Más aún, ¿Qué habría ocurrido si, a pesar de su bronca y su rechazo a todo lo que simboliza un país que sienten ajeno, no apedrean el muro? La respuesta es bastante obvia: nada. Quiero decir, nadie se habría dado cuenta que las machaconas peroratas acerca de la historia y el orgullo nacional escuchadas durante más de una década, lejos de entusiasmar y provocar sentimientos de identificación en los estudiantes, estaban produciendo exactamente el efecto contrario. Lo que significa que estos cuatro adolescentes hubieran terminado su secundaria y entrado sin sobresaltos a la vida ciudadana de un país que repudian.
Quizás debamos poner más atención a un hecho evidente pero fuera de nuestras discusiones: el mundo interior de todos quienes transitan por el sistema escolar nos es absolutamente invisible. Lo es para maestros, directores y funcionarios e incluso para sus padres. Tal vez piensen que no interesa lo que el alumno crea, sino lo que escriba en su hoja de evaluación. Si sabe de la cultura Chimú y guarda la debida compostura cuando visite sus ruinas, ¿Importa acaso cuánto valor le asigne en su conciencia o cuánto respeto le merezcan las monótonas narraciones de nuestra historia prehispánica, colonial o republicana? Estos cuatro jóvenes profanaron el templo, ¿Quiere decir que quienes no lo hicieron desbordan de amor por la patria?
El 2008 la UNESCO difundió los resultados del Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (SERCE), que evaluó el rendimiento en lectura y matemática en la primaria de 16 países latinoamericanos. En el caso del Perú, se detectó que el 90% de los alumnos de 6º grado, no sabía darle un orden coherente a toda la información de un texto ni deducir el significado probable de las metáforas empleadas. No se esperaría menos de quienes concluyen la primaria. Pero pasaron seis años y nadie notó que arrastraban graves déficits en sus aprendizajes. La maquinaria escolar estaba demasiado ocupada en sus actividades rutinarias como para darse cuenta que estaba fracasando en alfabetizarlos. ¿Sorprende acaso que también fracase en promover la identidad nacional? Si los sucesos de la Huaca no nos ayudan a corregir estos errores, no habrán servido de nada.
Luis Guerrero Ortiz
Publicado en el Blog El río de Parménides
Difundido por la Coordinadora Nacional de Radio (CNR)
Lima, viernes 22 de enero de 2010
¿Qué se necesita hacer para atravesar una habitación llena de gente sin que nadie se de cuenta? El sentido común nos aconsejaría caminar sin hacer ruido, casi en puntas de pie. Pero si apelamos a la experiencia, podríamos decir: depende. Si las personas que allí se encuentran están en actitud de alerta, cruzar sin ser notado sería en verdad difícil y, en todo caso, habría que moverse muy despacio en el más perfecto silencio. En cambio, si la gente se halla tan concentrada en lo que hace que ni levanta la vista, quizás nos baste caminar con naturalidad y sin apremio en medio ellos. Ahora imaginemos que esa habitación es una escuela poblada de maestros y quienes cruzan por ella sin ser vistos son niños y adolescentes.
Pienso en esta situación a propósito de los cuatro muchachos que apedrearon el muro de un viejo templo precolombino del complejo arqueológico de Chan Chan, en la ciudad de Trujillo, un acontecimiento insólito que sigue siendo motivo de controversias. Esta noticia, revelada a comienzos de enero, ha puesto en evidencia, entre otras cosas, la profunda y grave distancia que separa a un sector de nuestra juventud de eso que llamamos «identidad nacional». Algo que, por cierto, para mucha gente que no quiere o no puede mirar más allá de los hechos, es de exclusiva responsabilidad de los implicados o de sus padres.
No obstante, ¿Qué hubiera pasado si estos muchachos no hacían público el video que registra el suceso? Más aún, ¿Qué habría ocurrido si, a pesar de su bronca y su rechazo a todo lo que simboliza un país que sienten ajeno, no apedrean el muro? La respuesta es bastante obvia: nada. Quiero decir, nadie se habría dado cuenta que las machaconas peroratas acerca de la historia y el orgullo nacional escuchadas durante más de una década, lejos de entusiasmar y provocar sentimientos de identificación en los estudiantes, estaban produciendo exactamente el efecto contrario. Lo que significa que estos cuatro adolescentes hubieran terminado su secundaria y entrado sin sobresaltos a la vida ciudadana de un país que repudian.
Quizás debamos poner más atención a un hecho evidente pero fuera de nuestras discusiones: el mundo interior de todos quienes transitan por el sistema escolar nos es absolutamente invisible. Lo es para maestros, directores y funcionarios e incluso para sus padres. Tal vez piensen que no interesa lo que el alumno crea, sino lo que escriba en su hoja de evaluación. Si sabe de la cultura Chimú y guarda la debida compostura cuando visite sus ruinas, ¿Importa acaso cuánto valor le asigne en su conciencia o cuánto respeto le merezcan las monótonas narraciones de nuestra historia prehispánica, colonial o republicana? Estos cuatro jóvenes profanaron el templo, ¿Quiere decir que quienes no lo hicieron desbordan de amor por la patria?
El 2008 la UNESCO difundió los resultados del Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (SERCE), que evaluó el rendimiento en lectura y matemática en la primaria de 16 países latinoamericanos. En el caso del Perú, se detectó que el 90% de los alumnos de 6º grado, no sabía darle un orden coherente a toda la información de un texto ni deducir el significado probable de las metáforas empleadas. No se esperaría menos de quienes concluyen la primaria. Pero pasaron seis años y nadie notó que arrastraban graves déficits en sus aprendizajes. La maquinaria escolar estaba demasiado ocupada en sus actividades rutinarias como para darse cuenta que estaba fracasando en alfabetizarlos. ¿Sorprende acaso que también fracase en promover la identidad nacional? Si los sucesos de la Huaca no nos ayudan a corregir estos errores, no habrán servido de nada.
Luis Guerrero Ortiz
Publicado en el Blog El río de Parménides
Difundido por la Coordinadora Nacional de Radio (CNR)
Lima, viernes 22 de enero de 2010
5 comentarios:
Estimado Luis, leo con regularidad tus reflexiones sobre la educacion en el Peru. En mayor o menor medida es lo mismo en otros paises. En Holanda donde he trabajado por mas de dos decadas es similar y lo mismo en Alemania a donde viajo con regularidad para visitar a mi famiia El gran problema es que en el Peru, se pierden talentos y se excluye a muchisimos jovenes que serian capaces de hacer una contribucion para salir de una historia que se repite infinitamente. Cual H. Gardner anuncio su teoria de inteligencias multiples no se imagino que podria convertirse en una metodologia inclusiva. Lo afirmo basada en la implementacion de innovaciones pedagogicas realizadas tanto en Peru como en Holanda. No es tiempo de organizar un red de docentes comprometidos con la juventud Peruana? Que ademas sean capaces de implementar cambios en el sistema para luego hacer frente a los "expertos" del Mineduc? Vox Populi Vox Dei! Ya es tiempo de mostrar con pruebas que se puede cambiar el rumbo de la educacion en beneficio de la juventud Peruana!
Estimado Magno:
Me identifico con tu análisis; para los que trabajamos en educación no es nada nuevo que la el trabajo curricular en las aulas está lejos de lo que sucede en el contexto social. Tu propuesta de crear una red de docentes comprometidos con la juventud peruana es la concreción de las aspiraciones comunes de muchos docentes, te sugiero que tu propuesta tenga como punto de partida la célula de la educación, la escuela, comencemos al interior con los docentes comprometidos con los alumnos conocidos día a día y a la vez el qué hacer para llevarlo a la práctica.
Saludos
RAMOTEL
Lucho, lei tu comentario y la verad esta a la vista. El fracaso educativo no solo en comunicaión y matemática sino en todo lo que se enseña es eminente en la educación peruana. La peo situación se da en los andes y en la amazonía y lo mas grave esta en las ecsuelas unidocentes y multigrado. La verdad es desalentador ver los resultados de aprendizaje en nuesto país. Gracias por hacer evidente este problema en tu artículo.
la verdad es que en nuestro pais necesitamos una reforma en educación desde las políticas y politicos de gobierno que elegimos y que si no cambiamos de forma de gobierno lo que hagan los maestros es una arena en el mar por hablar comparativamente, ya que nuestra sociedad la han convertido en mercantilista donde se ofrece de todo y al mejor postor no importando la forma ni el modo o los medios felicidades Lucho
Me acuerdo de Garabombo, el invisible. Ocurre un dia que un ingeniero bien intencionado se acerca al pueblo para hablar a los campesinos sobre una bacteria que ataca el cultivo de papa. Para convencerlos, saca una ilustración gigante del bicho, diciendo que ese es el causante del daño de la cosecha. Los campesinos se hechan a reir y se van. Uno, para consolarlo, le dice: Señor, usted cree que si ese bicho horrible existiera no lo hubiéramos visto hace tiempo?... En fin, si recordamos, Garabombo sufría la enfermedad de la invisibilidad porque lo q realmente era un excluido. O sea, nadie en el país lo miraba, sólo campesinos como él. La paradoja está que mientras los campesinos son invisibles para el resto, el ingeniero (y el sector que representa) podía hablar de cosas ínfimas, imposibles de ver a simple vista. Los campesinos ironizan aquel pasaje diciendo "estos blancos, ven cosas que uno no puede ver". Tal vez la educación en el Perú esté repleta de esos "ingenieros", que no logran entender cómo después de tanto estudiado y aprendido, vienen unos "ignorantes" y hacen mofa de lo que tanto esfuerzo costó. Así como los campesinos, que no entienden cómo Garabombo es invisible pero sí pueden ver "un monstruo", así igualito están estos chicos de Chan Chan. ¿De qué se escandalizan todos, si dia tras dia el perú es apedreado por la espalda y nadie cuelga eso en el youtube? el tema no pasa a ser especial porque sectoricemos, sino porque veamos que en su conjunto los huecos en la identidad nacional fueron hechos también a pedruscones.
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